miércoles, 4 de marzo de 2009

Música


Sus manos se posaron sobre el viejo piano queriendo contar cada historia que podía recordar. Eso era lo único que le quedaba. Ese instrumento que había nacido con él, y que seguramente moriría entre sus dedos. No recordó ninguna canción que mereciera la pena tocar en ese momento, y se sintió desgraciado por no poder plasmar su vida a pesar de la intensidad que la caracterizaba. El tiempo se acababa y no encontraba sentido alguno a su existencia, y cuando por fin se dispuso a reproducir sus últimas notas, las teclas se quedaron mudas, y no supo hacer otra cosa que cantar a gritos que la echaba de menos.